La literatura es mentir bien la verdad.

martes, 27 de marzo de 2012

El teatro.

En la época de la Posguerra el teatro estaba influenciado por la crisis social y económica que sufría España. Por todo ello hubo una gran censura y limito la creatividad de los autores, las infraestructuras fueron desmanteladas y esto produjo, un aislamiento de la sociedad. De ahí que la gran mayoría de las obras repitan argumentos bastante conocidos o se decanten por un humorismo facilón y folklórico. Sin embargo, una serie de dramaturgos se empeñan en devolver al teatro una función más realista. Piensan que el teatro tiene la obligación de mostrar los conflictos y contradicciones que afectan a la sociedad actual y al individuo concreto que asiste a la representación, para generar procesos de reflexionar y cambiar la sociedad. El tema de lo que la Guerra Civil supuso para España también está muy influenciado dentro de la novela y la poesía.

lunes, 26 de marzo de 2012

El teatro burgués.

El teatro burgués es un tipo de teatro desarrollado durante la época de la posguerra que va dirigido hacia un público perteneciente a una clase social alta, y que entiende la escena como evasión. En general, es un teatro bien construido, con obras poco innovadoras y críticas con la situación social y cultural que está viviendo España. Los temas que más se tratan habitualmente están relacionados con la infidelidad en el matrimonio o la rebeldía de los hijos por ejemplo, aunque en ocasiones se plantean problemas sociales o morales que se resuelven de acuerdo a la mentalidad e ideología de la época.
 Su máximo exponente fue Jacinto Benavente cuyas obras criticaban a las clases medias, lo que supuso una innovación respecto al teatro de José Echegaray. Pero poco después adoptó una actitud más complaciente hacia el público burgués, lo que le proporcionó una enorme popularidad que le llevó a alcanzar el éxito.


El teatro social.

Los autores del teatro social y político de la posguerra española. Movidos por su instinto de rebelión, muestran su descontento con el sistema actual a través de sus obras. Son dos formas distintas de entender la protesta: política, en el caso de Sastre; social, en el caso de Buero Vallejo. Temas, estilos y propuestas dramáticas diferentes que se aúnan en un solo grito de rebeldía. También hay dramaturgos que escriben un teatro que refleja inquietudes sociales, similar al de Buero o Sastre, pero cuyas obras no suelen ser representadas. Son autores marginados de las salas comerciales. características :
- El teatro social toma de la realidad los temas de sus obras. La injusticia social, la explotación del hombre, las condiciones de vida de la gente trabajadora, la miseria... Frente al lenguaje claro y cuidado de la comedia oficial aparece el lenguaje de las clases bajas; frente a la paz y final:
-Feliz de la comedia rosa encontramos la violencia y la frustración como constante, con la intención de dar testimonio de lo que la vida ofrece y denunciar y protestar ante las injusticias sociales.

El teatro existencial.

A partir de los sesenta algunos autores encuadrados en el teatro social de denuncia comienzan a buscar nuevas formas de expresión alejadas del realismo. Así, surge una especie de vanguardia teatral que tiene como finalidad la renovación del género dramático que da lugar al teatro experimental. Las características más importantes de este nuevo teatro son las siguientes:
- Los autores persiguen la creación de un espectáculo total, en el que el argumento pasa a un segundo plano para ceder su lugar a los efectos sonoros, de luces, a la expresión corporal, proyecciones en grandes pantallas, etc.
 - Suelen ser espectáculos basados en la provocación. A partir de 1975 este tipo de espectáculo extrema sus propuestas artísticas, de modo que los ataques se multiplican y se dirigen hacia todo tipo de instituciones.
 -Los personajes suelen ser simbólicos, representan conceptos o instituciones más que personas.
 -La comunicación no oral es tan importante o más que la verbal.
 Dos autores españoles, además de los grupos teatrales mencionados, destacan por su labor renovadora desde los años sesenta: Fernando Arrabal y Francisco Nieva.